Carta de Lectores

El proyecto sobre las torres en Mogotes

Sr. Director:
El proyecto del concejal  Fernando Rizzi que pretende, si se aprobara, construir torres a lo largo de la costa de Punta Mogotes presenta una serie de puntos oscuros que provocarían un perjuicio aún mayor al que inocentemente pregona. La idea en sí no es mas que un viejo anhelo de las cámaras del ámbito de la construcción de nuestra ciudad y que eximiría a actuales y a futuros funcionarios de tener que pagar el costo político de tener que seguir aprobando estas construcciones “por excepción”. El propio secretario de Obras Públicas y a la vez Presidente del Colegio de Arquitectos, José Luis Castorina, ha sostenido en distintos medios que:: “-Si las excepciones ya son norma, lo que hay que hacer es cambiar la norma-“. Con lo cual, con sólo transgredir una disposición, ya podremos demandar, tarde o temprano, su reglamentación. Es la voz oficial.
Pero vayamos al proyecto actual de Fernando Rizzi, última encarnación, por ahora, de esta idea. El concejal establece en forma muy dudosa  en sus fundamentaciones que como en ese sector (la Bahía de Punta Mogotes, desde la calle Vértiz hasta la calle Castro Barros) ya se permite la construcción de seis o siete pisos, en nada perjudicaría al barrio que éstos tengan más pisos. Parece que para el concejal seis es igual a doce o trece, o tal vez más.
Y digo doce, trece o tal vez más, porque de la lectura del proyecto surge que éste permitiría tres tipos de construcciones.: Edificios “entre medianeras”, es decir, cuya construcción abarca de medianera a medianera del terreno, Edificios de “semiperímetro libre”, es decir, en los que la construcción deja un espacio entre ésta y una de las medianeras, y edificios “de perímetro libre”, que son los  que dejan espacios entre las medianeras. Y de los que el concejal Rizzi dice en su escrito, que garantizan una “mayor estética barrial y una mejor calidad habitacional”, sin que entendamos porqué deberíamos creer su consideración subjetiva. Claro, el concejal Rizzi no dice que este tipo de edificios permite vistas a los cuatro costados de la construcción, l lo cual se traduce en dinero al momento de venderlos.

Bien, En los primeros dos casos (entre medianeras y de semiperímetro libre) se admite la construcción de, o una planta baja libre (sin viviendas y de uso común) y 6 pisos máximo, o una planta baja libre y diez pisos de máximo, pero con menor profundidad sobre el terreno. En los edificios “de perímetro libre” se permite una planta baja libre y 12 (doce) pisos.
Pero lo dudoso comienza a continuación de este artículo rotulado como “c”, en el que aparece un párrafo titulado “NOTA”, sin que quede demasiado claro si la nota es al artículo “c” o a toda la redacción de la ordenanza y cuya ambigüedad no me parece casual, en el que se postula que “la altura máxima de los pisos no podrá superar los tres metros (3,00m).” Con lo que se abre la posibilidad de que, para las construcciones de tipo “entre medianeras” y “de semiperímetro librre” no rija esta restricción, pero la trampa se hace mucho más evidente cuando a continuación, la “nota”, dice: “NO SE TOMARAN COMO PISOS PARA EL CÓMPUTO DE PLANO LIMITE, LOS DESTINADOS EXCLUSIVAMENTE Y EN TODA SU SUPERFICIE, A ESTACIONAMIENTO O USOS COMUNES.” Con lo cual queda claro que podrán construirse doce pisos más la cochera, más un piso para el quincho o salón de usos múltiples (algo muy habitual en este tipo de construcciones), mas otro piso para la pileta, y otro para el laundry, y podemos seguir sumando. Con lo cual queda demostrado que los doce pisos que el concejal Rizzi anunció en los medios es algo totalmente falaz. A eso súmenle que por la característica topográfica de la zona, las construcciones quedan elevadas sobre el nivel del mar unos diez metros más, y siempre que la construcción no tenga ningún “excedente” que pase desapercibido, como estamos acostumbrados, los edificios rondarán alturas reales equivalentes a unos veinte pisos, con lo cual aquello de que el “cono de sombra” no perjudicará a los balnearios quedará en duda. Al menos, la sombra de estas moles va a llegar a las lagunas de Mogotes, donde muchos marplatenses durante el año pasan sus tardes de fin de semana.
Sin contar con los perjuicios que puedan ocasionarse a la flora y fauna de la Reserva del Puerto, incluida en la traza que menciona la ordenanza. Hoy en día, alrededor de las 17:30, el cono de sombra de un edificio de 40 metros de altura daría un cono de sombra de 135 metros.

Por supuesto que no queremos que haya torre alguna en el barrio, que se deformaría con estas construcciones, pero si no se tuviera mala fe, tan luego el concejal Rizzi, que es abogado y la torpeza en la redacción de la ordenanza no hablaría muy bien de sus artes, ¿porqué en vez de apelarse a la difusa medida de la cantidad de pisos, no adoptamos de una vez el sistema métrico decimal y establecemos “metros” como medida límite, que es a la que debe atenerse el ciudadano común cuando quiere edificar su casa?. Si se quiere que un piso equivalga a tres metros, doce pisos son treinta y seis metros.. Ni un centímetro más.
Pero son los mismos defensores de este disparate quienes no dan respuesta (en este caso el silencio es salud para el proyecto) a los problemas que los conos de sombra traerán a las casas aledañas. Sabemos por los vecinos de Ramos Mejía que las torres provocaron que las casas vecinas pierdan hasta un 50% de su valor, además de no tener mas intimidad, perder toda luz y todas las vistas. Además, nadie asegura la correcta provisión de luz, gas (las casas que queden dentro de los conos de sombra en invierno, deberán necesitar más para calefaccionarse), agua y cloacas.

Como dije antes, los funcionarios municipales apelan al silencio y a no aclarar estas situaciones. Mientras, el proyecto sigue su curso en el Concejo.
Punta Mogotes es un capital turístico con construcciones añosas que deberían tener algún tipo de protección patrimonial, en lugar de pensarse en su destrucción, cuya costa acaso esté descuidada por la escasa y tal vez deliberada- intervención municipal que se resuelve comenzando esta intervención y “puesta en valor”, en lugar de mostrarse siempre tan esquiva al momento de asistirnos o pensar en planes para edificar viviendas a las miles de familias marplatenses que no las poseen. Si quieren mejorar ese sector  ¿porqué no se consulta a los vecinos? ¿estaría mal pensar en aprovechar allí  los grandes espacios para poner escuelas primarias (la escuela 14 del barro lo agradecería), secundarias, aulas para universidades, oficinas municipales que descentralicen la administración, salas de primeros auxilios y todo aquello de lo que los funcionarios municipales suelen mostrar orgullo?
Tal parece que el orgullo por las cuentas bancarias es irremediablemente superior.

Muchas gracias
Jorge Tesan
Jtesan@gmail.com

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