Ayer pasé frente a la ex Terminal de Omnibus marplatense y me puse a observar la construcción de lo que será, según se dice, un paseo cultural, un shopping y un estacionamiento de autos.
Cuando vi lo que se está realizando en el frente que da por Alberti me brotó la indignación por el historicidio que están haciendo del edificio. Aquellas viejas piedras de la antigua Mar del Plata que engalanaban el frente han sido cubiertas y las columnas características del viejo edificio ya han sido modificadas.
Un poco o quizás bastante bronca tuve cuando no se le otorgó la construcción de ese edificio al mundialmente reconocido arquitecto tucumano César Pelli, máxime cuando el mismo expresó que para él era una alegría poder realizar un edificio histórico cuasi póstumo en su país. Sabemos que el arquitecto es el que diseña y el que financia y termina siendo dueño del edificio es otra persona y por la disputa material y miserable de la propiedad y de la explotación del edificio, no se le permitió a uno de los maximos exponente de la arquitectura mundial y quizás el mayor exponente de la arquitectura argentina en toda su historia, llevar a cabo su proyecto.
Está claro, si mal no recuerdo y además poco me interesa, a los inversores que ponían como arquitecto a Pelli los han compensado con una habilitación en la costa para que hagan no sé si una, dos o tres torres que quizás puedan ser bellas, pero como entiendo que esto no era una cuestión de miserables negocios, sino de enriquecer y poner en valor a un pedazo de la historia marplatense, tal como era la vieja terminal de ómnibus y anteriormente la segunda terminal de trenes hace dos siglos atrás. Esta razón me lleva a pensar y a estar convencido que en Mar del plata se ha cometido otro historicidio, como muchos otros.
Es cierto que los argentinos despreciamos bastante los valores históricos, lo cual golpea fuerte en la identidad de un pueblo, es triste pero es nuestra verdad. Como decía Pinti hace muchos años: “Fuimos incapaces de poner una placa en el obelisco que dijera: Aquí meo Juan de Garay”.
Pero Pelli que está sobre el final de su vida, al igual que Favaloro, tendrán pequeñas plazitas que lleven sus nombres en algunos pueblos con alguna estatuilla que los recuerde, sin tener en cuenta la gran historia que hay detrás de cada uno de ellos, uno porque ha dejado obras arquitectónicas inigualables por todo el mundo y el otro con el descubrimiento de su técnica quirúrgica ha salvado decenas de millones de vidas de todas las razas y todas las religiones
Yo me pregunto, ahora que quieren igualar a Nestor Kirchner con San Martín, para Pelli y Favaloro solo nos queda igualarlos con Dios, o no.
Licenciado: Julio César Ayala
¿Sigue escribiendo este viejo inmoral y evasor, y vos con quién te igualás viejo inmundo, con tu amigo Piero Assaro podría ser o con alguno de los innumerables buchones de los milicos amigos tuyos?