Arte y Cultura, Cine

El gato que está, triste y azul…

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Mi mejor amigo. El comienza a querer a su mascota, y su mujer se enfurece.

La primera palabra que representa a este film es amargura. Decididamente tremenda es El gato, film de Pierre Granier-Deferre que además se da el lujo de tener dos interpretaciones de primer nivel en la figura de Jean Gabin y Simone Signoret. Se verá este viernes desde las 19 en la Sala Nachman del Teatro Auditórium (Boulevard Marítimo 2280).

El film, basado en una novela del infinitamente adaptado Georges Simenon, se centra en un matrimonio mayor que ya no se ama: él deposita todo el cariño en un gato que encuentra en la calle y ella, aún desamorada, sigue pendiente de él; mientras, comienza a recargar todo su rencor en la figura de la mascota.

La película, se podría decir climática, trabaja el tema del hartazgo y el desgaste del vínculo sentimental en diversas formas: por un lado, la metáfora de edificios que son demolidos es la más obvia, pero también está aquello que se dice a través de la forma, el encierro al que va sometiendo a sus protagonistas.

Pero además, Granier-Deferre en El gato se vale de las presencias enormes de Gabin y Signoret, quien con sólo poner su rostro suman sentido a sus dos personajes. Una historia descorazonada sobre el fin del amor que, sin embargo, encuentra en ese odio nuevas maneras del amor como para revelar, en últimas instancia, la importancia de ese lazo afectivo.

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