Ciudad, Información General

Despedida a monseñor Puiggari

La Banda de Música del Comando del Area Naval, interpretó los sones de la marcha “Stella Maris” Virgen protectora de todos los marinos y el capellán naval, teniente de navío Jorge Rotela lo recibió en el atrio de la capilla.

En su alocución de despedida, el almirante García dijo: “…hoy nos encontramos acá reunidos, frente a nuestra capilla y con Nuestra Señora de Stella Maris como testigo, para testimoniar nuestro más profundo afecto, a monseñor Juan Alberto Puiggari, Obispo de la ciudad de Mar del Plata. Queremos expresarle nuestra gratitud como pastor y guía de nuestra fe en momentos que deja nuestra Diócesis para asumir como Arzobispo  de Paraná, ciudad en la que recibió su ordenación sacerdotal en el Seminario Arquidiocesano a la edad de 27 años”.

“En todos estos años, su palabra y su presencia, han sido farol y guía de nuestra fe, estímulo para nuestra vocación y referente de entrega y amor a Dios que nos ha fortalecido ayudándonos a elevarnos cada día personal y profesionalmente”.

“Su férrea vocación y su condición pastoral, reflejada en las palabras de sus documentos, homilías y cartas pastorales, quedan en nosotros como consejos profundos de fe, reconciliación y verdadera unidad cristiana”.

Finalizando sus palabras de despedida ante la formación de los efectivos, el Jefe de la Base Naval expresó: “…Su paso por nuestra diócesis fue la de un ministerio de puertas y brazos abiertos que lo ligó de manera indisoluble a nuestra ciudad y a todos nosotros. Padre confesional y buen consejero, la unidad y la buena convivencia fue su constante prédica”.

“Con la tristeza de verlo partir, pero con la alegría de saber de la continuidad de su tarea pastoral en un cargo más alto de su Ministerio, lo despedimos con la gratitud de nuestras almas y en la serenidad de ésta última bendición recibida”.

En su agradecimiento, Monseñor Puiggari dijo no ser merecedor, como humilde Pastor de Dios, de todas estas muestras de afecto y cariño que le prodiga la ciudad de Mar del Plata, pero que las mismas fortalecen su espíritu con la gratitud a Dios en su paso por nuestra diócesis.

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