Carta de Lectores

Copa de leche

Sr. Director:

Sólo una basura de persona o un estúpido puede dormir tranquilo sabiendo que en vez de una copa de leche, los chicos de las escuelas que están a su cargo, toman té. Sería una basura de persona si pudiera dormir a pesar de cambiar leche por té porque es mas barato. Sería un imbécil si tal vez, junto a alguna funcionaria paqueta se les hubiera ocurrido que el té es un símbolo de la alta sociedad. ¿Habrán pensado que los chicos, tal vez, al tomar té, se sentirían disfrutando de el aroma de una infusión en un cómodo sillón de jardín en el centro del parque de la Villa Victoria, o tal vez en algún café cerca de la Plaza del Agua?

Las dos posibilidades son peligrosas. Tener a una porquería insensible o bien a un estúpido que sueña con niños marplatenses sintiéndose parte de algún grupo de señoras amigas que se juntan a tomar el té por la tarde.

Cuando la intendencia estaba a cargo de Angel Roig, yo concurría a la escuela Municipal Nº2, Clemente Cayrol, del barrio Libertad. Económicamente, mi familia era la típica de clase media o media baja, trabajadora. En el barrio, éramos la clase alta.
Mis compañeros de grado esperaban en todo momento la tan ansiada “copa de leche”, la “merienda”, que en muchos casos, era la única comida además de la cena en su casa.

Quienes podíamos, nos turnábamos y llevábamos una bolsita de chocolate en polvo y compartíamos con todos la leche con chocolate. Compartíamos la leche, conversaciones, el pan con manteca. Era un momento esperado por todos, aunque las realidades de cada uno eran distintas. Pero el hecho de compartir “la leche” era especial.

Esa copa de leche era fundamental en la dieta diaria de los chicos y, seguramente, lo sigue siendo hoy para aquellos que van a la escuela.
¿No conoce el intendente o quien tiene a cargo la Secretaría de Educación, las propiedades de la leche. La importancia de la leche en el desarrollo de un niño?

¿Cuales son las prioridades del ejecutivo municipal ( Intendente y Secretario de Educación ) para explicar sueltamente ante los concejales que a veces falta leche o manteca porque el proveedor que tiene está con problemas financieros?

¿A quien le importa los problemas económicos del proveedor? ¿No puede el municipio pagar la leche hasta que se reemplace el actual proveedor por uno con mínima solvencia económica? ¿Se sanciona al proveedor por darle té en vez de leche a los chicos?

¿Podrá el ejecutivo municipal, a pesar de estar compuesto por varios funcionarios inútiles en sus cargos, ocuparse de que los chicos reciban una taza de leche cuando van a la escuela? ¿O tendrán que llevar el reclamo a la Nación para ver si incluyen a la ciudad en algún plan clientelista?

Joaquín Gayone
DNI 23.706.029

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