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Constructores y arquitectos contra Pulti

La carta abierta lleva la firma de su presidente arquitecto Norberto Cánepa y cuenta con el respaldo del Colegio de Arquitectos y dice lo siguiente textualmente:

“Sobre esto, que afecta directamente nuestra actividad, no hemos sido consultados y entendemos que tampoco lo fueron las demás Entidades del Sector, tanto las que representan profesionales o las del ámbito académico.

Es por esto que lo hacemos públicamente apelando a la razonabilidad de quienes tienen que resolver sobre la cuestión.

La ciudad, en los últimos tiempos, vio afectada su morfología en algunos Sectores muy tradicionales, lo cual obligó a una serie de medidas de urgencia para resguardar los mismos. Pero no fue justo que la construcción sufriera las consecuencias de la falta de previsión, atribuible no sólo a esta gestión municipal, dado que esto viene de mucho tiempo atrás.

Nuestra Entidad apoyó la propuesta del gobierno actual, cuando asumió el poder de la comuna, de modificar el COT para adaptarlo a las necesidades actuales y futuras de la ciudad, teniendo en cuenta las exigencias de un mundo que se debe ajustar a un fuerte cambio climático, al agotamiento de las energías de orígen fósil y a la demanda de mayor calidad de vida. Creyendo que esto se debió hacer en el marco del Plan Estratégico, como herramienta de gestión participativa, convocando al debate y a la presentación de propuestas a todos los Sectores de la ciudad.

En los últimos años, junto a otras entidades de la Industria de la Construcción, hemos solicitado insistentemente que se llevara a cabo esta reforma. Hemos presentado nuestra postura y propuestas ante las autoridades, como así también, hemos participado de las audiencias públicas y de los distintos foros organizados por el HCD. Se entiende que la inversión en el Sector de la construcción debe tener un horizonte cierto y para esto se requiere de una planificación y de normativas claras que permitan el desarrollo de una ciudad equilibrada.

Creemos que las cuestiones urbanísticas deben ser tratadas por especialistas y en nuestra ciudad el Municipio no cuenta con un área específica libre de la problemática coyuntural, con poder y profesionales que se ocupen únicamente de las adaptaciones que va requiriendo el Código, ante la presión de usos que provocan los cambios económicos, culturales y sociales, que naturalmente se producen en las urbes. Ni tampoco el Plan Estratégico, organización que se inició desde el Sector privado, cuenta con los recursos y respaldo político necesario para llevar adelante esta tarea.

No es verdad que la zona que se vio afectada es responsabilidad de las empresas, ya que estas construyen de acuerdo a los planos entregados por sus mandantes, los cuales en la mayoría de los casos son vecinos de nuestra ciudad, empresarios, comerciantes y profesionales que invierten en el Sector de la Construcción.

Tampoco es responsabilidad de estos inversores o sus profesionales que han proyectado las obras de acuerdo a las normas vigentes, las cuales tienen una antigüedad de entre 15 o 30 años. Ni que los incentivos han incidido fuertemente, ya que las alturas no tuvieron un cambio tan sustancial como para alterar lo que permita el COT desde 1995.

El Sector no ha florecido a costa de la destrucción de la ciudad, como afirman equivocadamente algunas personas basadas en una causa justa, pero pésimamente informadas. Basta con analizar las cifras oficiales y observar como los m2 construidos han ido cayendo sistemáticamente desde 2007, quedando sumamente alejados de los niveles de actividad que debería haber. Que se vean muchos contenedores y gran cantidad de obras de pequeño porte (con un promedio de 1000 M2) no significa que la sumatoria de como resultado un volumen de construcción esplendoroso como se quiere hacer creer. Hay buena ocupación, pero no explosión de la actividad constructiva.

En estos siete meses en que sistemáticamente se le impusieron trabas de todo tipo al Sector, muchos inversores se han cansado y han emigrado a otras ciudades donde no se estigmatiza a la inversión en construcción, que protegen sus bienes patrimoniales y su morfología sin poner frenos insalvables. No vemos que en Rosario o en Córdoba donde la construcción tiene una dinámica envidiable, se esté destruyendo el patrimonio de esas ciudades.

¿Era necesario llegar al límite que se llegó y frenar todo un Sector durante meses, para darse cuenta que la ciudad debe ser planificada cuidadosamente?

Ahora asistimos absortos a un nuevo ataque al Sector, a los vecinos que quieren invertir en construcción, al derecho a la propiedad y lo que es peor al trabajo de muchos marplatenses, con una prórroga de la prohibición de demoliciones, sin ninguna razón lógica, ya que para preservar la morfología la normativa se ha adecuado en demasía, limitando la altura en un enorme Sector, para de esta forma quedar a resguardo las zonas críticas de futuras alteraciones, a tal punto que aún quedan pendientes estudios pormenorizados para evaluar si esta limitación, corresponde ser aplicada en la totalidad de las áreas implicadas. Tampoco se puede justificar esta medida en el temor a la destrucción de construcciones consideradas de valor patrimonial, ya que estas están custodiadas por el Código de Preservación Patrimonial.

Por esta razón, nos preguntamos, cuál es el sustento de este Decreto del HCD que atenta contra la propiedad privada y el trabajo de muchas empresas y profesionales. ¿Cuál es la norma protectora que está faltando?, ¿Qué estudio, qué respaldo académico tiene esta decisión?. Hubo muchos meses para resolver esta situación. En todo este tiempo el Centro de Constructores ha mantenido una posición de silencio y de aporte de soluciones, siendo muy respetuosa de que nos encontramos en un año electoral, de las autoridades y hasta del grupo de personas que insistentemente han difamado a todo un Sector. Estos convecinos, equivocadamente, han salido públicamente, con discursos altisonantes por lo justo de la demanda, pero vacíos de contenido, con verdades a medias y distorsionadas, con términos y acusaciones ofensivas, sin ninguna prueba y dando muestras de su desconocimiento sobre el tema, la historia de la ciudad y la realidad del Sector que representamos.

Nuestra Entidad, como otras pertenecientes a la construcción que mantenemos una posición contraria a esta medida, somos asociaciones legales, que representamos a distintos actores de esta industria y dentro de este marco hemos expuesto nuestra posición con el sustento técnico correspondiente.

Nos preguntamos, ¿Quiénes apoyan estas medidas?, ¿Quiénes las han impulsado?, ¿Qué interés hay detrás?, ¿Cuáles son las Entidades serias, representativas y con trayectoria que abalan la prórroga de esta norma?. ¿Son algunos nombres y apellidos que se han mediatizado con la ambición de posicionarse políticamente, mostrándose como lideres de un justo reclamo?, ¿O tal vez son vecinos bien intencionados pero sin sustento técnico y que han hecho escuchar sus voces por la exposición mediática que permitió la situación conflictiva?. Nuestra entidad tiene 75 años de existencia legal y toda una historia que avala su compromiso con la ciudad. En toda esta situación hemos sido pacientes y respetuosos, hemos llevado nuestra postura a quienes deben tomar las decisiones de la ciudad, sin ningún tipo de presión y en esta oportunidad, como en otras, ni siquiera se nos ha consultado, afectando otra vez a nuestro Sector.

Esperamos que resoluciones como esta, que impactan fuertemente a nuestra industria y a muchos otros vecinos, sean explicadas, consensuadas, que se debatan y no que se tomen haciendo caso a quien grita más fuerte y difama con mayor contundencia.

La razonabilidad tiene que ser lo que nos guíe. Por esto esperamos que los Sres. Concejales, que ahora tendrán la oportunidad de resolver la continuidad o no del Decreto ad referéndum, sancionado por la Presidencia del HCD, piensen que la zona en cuestión ya está a resguardo, dado que se ha regulado una sustancial disminución de la altura permitida y que por el otro lado hay todo un Sector compuesto por empresas constructoras, de instalaciones, de electricidad, agua, cloacas, calefacción, de ascensores, de carpintería, de revestimientos, de venta de materiales, con profesionales y una enorme cantidad de empleados que económicamente no soportan más medidas restrictivas como se vienen sucediendo desde principio de año”.

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