Ciudad, Información General

Consejos escolares: un mix de kiosco, polirrubro y food truck, sin controles

La pelea por las concesiones de servicios en comedores escolares dejó bajo sospecha un sistema cargado de deformaciones, abusos y costumbres, que no siempre han preservado los intereses del Estado, y por ende los beneficiarios directos, los niños. Son millonarios los montos que se manejan, y no siempre se han guardado las garantías necesarias.

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Responden a un modelo que una vez verificado, fue sujeto a modificaciones en relación a las adjudicaciones, bajo nuevas normas de especificaciones que limitaron la participación de acuerdo a las nuevas exigencias.

Quienes dominaban el territorio, casi a discreción, debieron adaptarse a nuevas reglas del juego y a la resignación de  significativos contratos anuales. Según los datos recogidos por mdphoy.com el servicio es prestado (en este caso) para miles de chicos de Mar del Plata, que se alimentan en las escuelas  y atraviesan una complicada situación nutricional, producto de una serie de factores irregulares en el funcionamiento del Servicio Alimentario Escolar.

Asimismo, se conoció en los últimos días, una encuesta en donde los números que arroja la situación de la alimentación en los barrios de la ciudad, ponen en alerta el estado de la nutrición de los más necesitados.

También referentes de la comunidad educativa local, se concentraron frente al Consejo Escolar local para exigir soluciones, denunciar recortes en la cantidad y calidad de la mercadería entregada para los comedores de decenas de escuelas marplatenses.

Se registró una coincidencia entre el deterioro de la calidad del servicio y la gestión de dos empresas que ganaron la licitación, en la que quedaron fuera de carrera varias firmas marplatenses, que venían prestando esos servicios desde hace mucho tiempo.

Según se ha denunciado esas empresas que perdieron un negocio millonario por la contratación con el Estado provincial, han propiciado y precipitaron un escenario de crisis, interviniendo negativamente en la provisión de la comida, fundamental sostén de miles de chicos en Mar del Plata.

El interventor del Consejo Escolar, Marcelo López, el último lunes renunció a su cargo en el marco de la crisis de los comedores escolares. López había asumido luego de la intervención del Consejo Escolar, y había informado que en estos meses luego de la intervención “se realizaron trabajos en 180 establecimientos educativos de la ciudad, se licitó el sistema de transporte y se ordenó el sistema alimentario”.

El Ministerio de Educación, alertó con cifras contundentes sobre la situación actual: afirmó que “cuando se intervino el Consejo Escolar se detallaron numerosas irregularidades en torno al millonario negocio del Servicio Alimentario Escolar”. Además  “El Tribunal de Cuentas detectó una falta de formalidad contractual en la ejecución presupuestaria, entre el Consejo Escolar y el/los proveedores, lo que implica la imposibilidad de sanciones a proveedores y previsión”

Esto significa que, al no existir vinculación contractual no se puede exigir ni calidad ni precios ni continuidad en la presentación del suministro, según informaron. También alertó el Ministerio sobre la ausencia de presupuestos oficiales, detallando “disparidad de valores” sobre un mismo producto para distintos establecimientos”.

El escándalo es mayor, si se tiene en cuenta la falsificación de números. Por ejemplo, en la rendición de la asistencia que, en un gran porcentaje de los establecimientos educativos, no presentaba variaciones día a día. Es decir, era el mismo número en cada jornada, o sea, sin ausentes.

Por último, el Ministerio de Desarrollo Social constató la inexistencia de un menú único distrital, dado que las directoras manifestaron haber realizado modificaciones en dichos menús.”

Todas estas irregularidades denunciadas por el Ministerio dan cuenta del nivel de discrecionalidad en la gestión del presupuesto del SAE que gira la Provincia a las escuelas bonaerenses.

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