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Con lo de Milani llegamos al colmo y aparecen las consecuencias: ¿Nos llevan otra vez a azules y colorados?

(Gustavo Ramón De Marchi, Jorge Antonio Videla y el Lauchón Pedro Viale, ¿son casualidad o causalidad?)

militar1 Muy lejos de pensar se estaba aún en la crisis del 2001 que las FFAA volvieran a la lucha política del poder, al punto tal que todavía estaba fresco el recuerdo de los festejos de 1983 y con millones de personas en las calles expresando su algarabía ante el advenimiento de una democracia que se consideró definitiva y que había que consolidar.

Es cierto que existió una Ley de punto final y obediencia debida, que no eran el ideal, pero fueron forzadas por las circunstancias del contexto en que se dictaron, donde las FF.AA. todavía gozaban de todo su poderío,  pero también es cierto que hubo un Juicio político a las Juntas Militares en 1985 de donde surgió el credo del “NUNCA MAS” , recordando siempre que en la Plataforma del PJ de 1983 no estaba ni en consideración la misma, es más, probablemente si ganaba Luder no hubiera habido juicio, quizás era una actitud tomada por respeto a la índole militar del General Perón, pero la realidad era esa.

En 1989 asciende Menem y cuando se produce la muerte del soldado Carrasco el ex Presidente, más allá de la simpatía que se le pueda tener a su gobierno que desencadena la corrupción en plenitud, elimina el servicio militar y le produce a las FF.AA. la derrota más grande a su poder, a partir del cual las minimiza quizás al extremo como fuerzas de seguridad nacional, donde cualquier “revolucionario” les pudo escupir su imagen. Este golpe buscado o no por Menem, puede haber sido realizado en la búsqueda de su propia impunidad o no, pero así fue,

Así transcurren los años y en el período de postdemocracia republicana que no solo se empieza a vivir en argentina,  llegamos al descubrimiento de que la defensa de los Derechos Humanos de tercera generación es la herramienta más sensible a la sociedad para la conquista del poder y es justo allí donde se apela a la escenografía del descuelgue de cuadros cuando las FFAA no estaban en condiciones de defenderse ni siquiera de un gnomo, lo colosal del caso que esto lo hacían aquellos que habían estado escondidos debajo del mantel de las privatizaciones de hidrocarburos.

Así transcurren los años y se produce la legítima búsqueda de la verdad, desgraciadamente impregnada  de falacias y falsedades ad liminem, cosa que si hubiera hecho Francia y Alemania hoy no existiría la Comunidad Europea, a la cual a pesar de sus crisis la tenemos allá arriba y muy lejos en la realidad.

De pronto la debilidad en que está cayendo el poder como se viene observando hasta ahora  impulsa la defensa de los gobiernos cratológicos, que son aquellos que no implican sólo al poder sino también a sus beneficios, siendo Puerto Madero, el Nordelta y varios señores feudales de las provincias el mejor exponente de la nueva oligarquía argentina.

Pero la nueva oligarquía representada hoy por el poder económico que bebe de la Teta de Luperca, loba de Rómulo y Remo, vuelve a repetir la historia de la vieja oligarquía proveniente de los llamados descendientes de patricios y comienza como la vieja nuevamente a buscar su apoyo asociándose con las FFAA y es allí donde aparece la “inesperada” presencia del general Milani y también  es allí donde puede confrontar presente y pasado de las FF.AA.

Ya no sería de extrañar que el regreso al pasado se produzca en plenitud y a pesar de ser menos poderosas las FF.AA comience a transitar el camino de los militares politizados y de los militares institucionalistas como lo fue en otro momento.

Una muestra que podría dar a pensar en esto es la fuga de Gustavo Ramón De Marchi y Jorge Antonio Olivera de los cuales no podemos pensar que se han fugado sin tener una logística asegurada, cosa que los Milani oficialistas o no  oficialistas son capaces de armar, máxime si recordamos el asesinato del ex SIE o SIDE Lauchón Pedro Viale, del cual, a pesar de su gravedad se ha entrado en un cono de silencio.

Así las cosas, sólo hay que pedir a Dios no permita que nos retrotraigan tanto en aras de la defensa de intereses personales e impunidad, que nos vuelvan a llevar a las épocas de azules y colorados.

 

Lic. Abel “Cacho” Ayala

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