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Con garra Puma: en un partido para el infarto San Ignacio se impuso a Palermo Bajo  

Después de un comienzo arrollador y a puro try aprovechando las debilidades de un rival que sin dudas no le encontró la vuelta en los primeros minutos a la presión ejercida por los marplatenses, los cordobeses se despertaron y estuvieron a solo unos pocos metros de quedarse con la victoria en Valle Hermoso.

La férrea marca sobre el final, defendiendo con el corazón a 10 metros del ingoal propio, hicieron que San Ignacio sumara su primera victoria en el año, por 27 a 26, en el marco de la segunda fecha del torneo del Interior A de rugby.

El juego comenzó muy favorable para el “Verde”, que una y otra vez rompió líneas en ataque, y se mostró muy efectivo y superior a su rival, con un 21 a 0 que daba muestras de ello.

En el dueño de casa se erigía como la figura del juego Rafael Riego, amo y señor de la creación del juego en la soleada tarde de Valle Hermoso. La tarea se simplificó con la firmeza de Ezequiel Martínez Peralta, Emiliano Pérez Rivaden, Emanuel Contino y la ya conocida precisión con el pie. De esa manera el triunfo no corría riesgo.

Pero la visita se despertó en el complemento, cambió el chip y con otras ganas demostró que será un equipo para tener en cuenta. Apretó a San Ignacio, lo hizo dudar, tanto a los jugadores como al público local que en gran número se hizo presente y le aportaron pimienta a un partido que de manera increíble en un abrir y cerrar de ojos, estaba para cualquiera.

El cansancio en los locales se hizo sentir después de un primer segmento brillante, mientras que los cordobeses instalados definitivamente en campo contrario, encontraron los caminos para anotar y ponerse a tiro del triunfo.

Todo era cuesta arriba, la cabeza no era la misma, un momento traumático y de poca lucidez transitaba el equipo. Hasta que apareció Rafael Riego, quien se hizo dueño de la ovalada y sin dudar ensayó un drop hermoso, casi para enmarcar, que se transformó en un grito de guerra para los simpatizantes locales a los que les volvió el alma al cuerpo con ese momento orgásmico divisando como la bola comenzaba a transitar un camino efectivo hacia la H.

El placer duró solo minutos, ya que Palermo entregó todo hasta el final y volvió a marcar un try sumando una conversión, paralizando a los presentes.

La angustia sobrevoló Valle Hermoso, ya que los últimos cinco minutos fueron de película, pero de terror. San Ignacio defendió con coraje a diez metros del ingoal propio cada embestida cordobesa y logró un triunfo importante como necesario, por la entrega, por lo demostrado en los primeros minutos, y sobre todo por la actitud para sobreponerse a un momento delicado cuando las piernas pesan pero el corazón manda.

Prensa SIR

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