Ciudad, Policiales

Cayó el reclutador de “La casita azul”

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"La casita azul" es un prostíbulo que funcionó 20 años en la ciudad.

El hombre era quien se encargaba de captar a las mujeres en Paraguay, aunque se desconoce cuántas veces cruzó la frontera en las últimas dos décadas. Por eso no se sabe a cuántas jóvenes trajo, pero de la larga investigación surgen datos certeros: las chicas que entregaba a sus cómplices –algunos familiares suyos- eran obligadas a prostituirse y a vivir bajo un régimen esclavista. El hombre, último engranaje de la organización que quedaba por detener, estuvo prófugo un año y medio. Cayó hace unos días, y ahora el caso será uno de los primeros que, por el delito de trata de personas, llegará a juicio oral en Mar del Plata.

Se trata de la causa de La Casita Azul, “un caso emblemático de la prostitución en Mar del Plata”, consideró una fuente judicial. Es que, sin disimulo, en ese chalé de paredes pintadas a la cal con sus puertas y ventanas azules, funcionó hasta hace poco el prostíbulo más antiguo de la ciudad. Está en XX de Septiembre 57, en el barrio La Perla y, por lo menos, estuvo abierto unos veinte años.

Por cuestiones de “confiabilidad” –dijo la fuente- la investigación la hizo totalmente la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Sucede que, en algunas de las causas investigadas por la Justicia Federal, también la lupa se posa en la actuación policial . De hecho, un subteniente de la Policía está procesado y con prisión preventiva en una de las causas.

En su momento, en “La Casita Azul” se hicieron siete allanamientos y se detuvo a cinco personas. Tres de ellas (la única mujer de la organización, su hijo Cristian y un marino de la Base Naval que daba seguridad al local), están con prisión preventiva domiciliaria, confirmadas por la Cámara de Apelaciones. Sus cómplices fueron detenidos por gente de la PSA.

Uno cayó hace unos días cuando estaba por entrar a un quiosco en el barrio San Antonio. El otro (es un familiar suyo) se expuso en Facebook: aceptó en su sitio a un agente que se hizo pasar por una chica y le contó dónde y a qué hora iba a estar el viernes de Pascua. La Policía sólo fue a buscarlo. El ahora detenido no hizo ningún amago de resistencia.

“Los estaba esperando”, les dijo con tranquilidad a los policías que lo esposaban, catorce meses después de que el juez federal Rodolfo Pradas le dictara la captura.

Una fuente del caso dijo que el rol que cumplía el nuevo detenido era el de reclutar a jóvenes mujeres en Paraguay. La mayoría de las chicas eran engañadas, con promesas de trabajo como niñeras o empleadas domésticas.

Graciela, la mujer detenida, era quien regenteaba “La Casita Azul” y su hijo Cristian administraba el dinero que las mujeres obtenían por la explotación sexual. Aunque las hacían dormir “en las mismas habitaciones donde trabajan”, les cobraban por gastos y seguridad: en ese rubro estaban el alquiler, la luz, el papel higiénico y hasta los preservativos.

En el chalé de La Perla la Policía encontró a 15 mujeres extranjeras; la mayoría eran paraguayas y algunas dominicanas. Allí les retenían sus documentos.

El de la trata de personas es el tercer delito en movimiento de dinero a nivel mundial, después del tráfico de armas y de drogas. En Mar del Plata el volumen de dinero que mueve no es menor: según fuentes a cargo de las investigaciones, en los meses de verano supera el millón de dólares (ver Recaudación importante).

En la Fiscalía General Federal hay más de 50 causas abiertas (la mayoría de Mar del Plata, y el resto de Dolores, Azul y la Costa) en las que se investiga el delito de trata de personas.

(Fuente: Clarín)

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