River logró el objetivo de meterse en la Libertadores del 2018, un detalle que al inicio del año parecía un posibilidad compleja. El triunfo pobretón, frío y olvidable sirvió para desahogar los nervios, para que Batalla levante el nivel y para que lo sufra Aldosivi, que con la derrota entró a la zona de descenso y, a falta de una fecha, comparte con Temperley el mismo puesto en la disputa por salvarse de regresar al Nacional B.
La noche fría en el Monumental, el clima raro por los festejos de Boca, el doping de Martínez Quarta y las miradas sobre los refuerzos ataron el normal desempeño de River, que parecía dormido en la primera media hora de juego. Al punto que fue el “Tiburon” él que causó peligro en ese tramo del partido con tres contras que dejaron a sus jugadores frente a la mirada y las manos de Batalla.
El arquero local fue el más atento de la banda y evitó el mal trago de irse abajo en el marcador. Medina, Sosa y Yeri tuvieron su chance pero no pudieron festejar e ilusionarse con la idea de evitar el descenso. Recién una jugada de Moreira y Pity por derecha que terminó en un centro atrás para Alario que tuvo el gol, pero no le pegó bien. Esa fue la única acción con claridad que causó River en ese tiempo del partido.
El resto fueron distracciones, desconcentración, mal juego, falta de precisión y una inseguridad defensiva que fastidió al DT. Al punto que cerca del final del primer tiempo los portuenses tuvieron dos acciones muy claras y ciertas; la primera un cabezazo de Galván que Batalla salvó de manera magistral, y la segunda, desde ese córner, Nacho Fernández sacó un disparo sobre la línea. La imagen de los jugadores de Aldosivi enojados con el juez porque le cortó la última jugada fue todo un detalle de lo que sucedió en el primer tiempo, donde fue casi todo de los marplatenses.
El segundo tiempo arrancó con malas noticias para el Millo: Maidana pidió el cambio. Baja muy importante de cara a lo que se viene en el partido de ida de la Libertadores. Igual el equipo salió más metido y, al menos en los primeros minutos, jugó cerca del área rival y un tiro de Pity mostró que algo estaba mejor.
Más tarde hubo dos frentazos de Alario que contuvo Vega, y dejó clara la mejoría del equipo local. Sin embargo, hubo que esperar hasta los 23 minutos, ya que el pibe Martínez Quarta encontró el rebote de Vega y puso el 1-0, como un desahogo en especial para el defensor envuelto en el tema del doping.
Lo que vino después… el mismo River opaco y sin ideas de las últimas fechas, desgastado por la doble competencia con un plantel muy corto que pide a gritos refuerzos sanos, sumado al gol que perdió Larrondo y los minutos de descuento que fueron cómo una eternidad en una medianoche helada y totalmente olvidable.
